El éxito en la apicultura está influenciado en gran medida por las condiciones climáticas y el medio ambiente. En algunos años, los apicultores no pueden obtener una gran cantidad de miel, como en 2019.
Esta primavera en la región de los Cárpatos, se produjeron fuertes precipitaciones que causaron daños a las parcelas de los hogares. No habrá miel.
Según Roman Dyazhuk, representante de la joven generación de apicultores, este año no será posible preparar miel ni siquiera para la familia, ya que en la primavera hubo lluvias constantes, que también se mostraron a principios del verano.
Cuando llovió en la primavera, las abejas no salieron volando de las colmenas. Tenían poca miel incluso para su propia comida, y no podían traer néctar. Actualmente, cuando no llueve, casi nada florece, explica el apicultor. El año pasado, la familia de los apicultores logró obtener hasta 5 kg de miel de cada colmena, que es una gran cosecha.
Roman Dyazhuk localizó su apiario en un lugar que difícilmente puede llamarse una planta de miel. No hay campos alrededor, sino solo bosques y jardines. Esto es bueno y malo.
Por un lado, las abejas no pueden producir una gran cantidad de miel, y por otro lado, su miel no contendrá productos químicos con los que los agricultores procesan sus campos. Según el apicultor, su miel es tan valorada que es pura a partir de impurezas nocivas.